Según el corresponsal de la Agencia de Noticias del Seminario, el Huyyatulislam wal-Muslimin Hossein Mardanpour, secretario del Cuartel de la Castidad y el Hiyab de los Seminarios Islámicos, emitió un comunicado con motivo de la Semana de la Castidad y el Hiyab:
En el nombre de Dios, quien creó la belleza e implantó la castidad en los corazones
Sura An-Nur, versículo 31:
"Y di a las creyentes que bajen sus miradas, guarden su castidad y no muestren más adornos que los que están a la vista… Y vuelvan todos a Dios, oh creyentes, para que así tengan éxito."
Sura Al-Ahzab, versículo 59:
"¡Oh, Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran con sus mantos; eso es más adecuado para que sean reconocidas y no sean molestadas. Y Dios es Perdonador, Misericordioso."
El hiyab y la castidad son dos conceptos fundamentales en la cultura y religión islámicas, considerados símbolos de identidad, dignidad y personalidad humana. El hiyab, como vestimenta que ayuda a las mujeres a preservar su identidad religiosa mientras viven en la sociedad con honor y respeto, ocupa un lugar elevado.
Estos dos conceptos, en el Sagrado Corán y en la tradición del Profeta (la paz sea con él y su familia), no solo se consideran valores fundamentales, sino también herramientas para preservar la castidad y el honor. El hiyab no es simplemente una vestimenta externa, sino un símbolo de la identidad y personalidad de la mujer musulmana. Una mujer que, a través de su vestimenta, declara al mundo: "Me adhiero a mis valores y principios, y preservo mi belleza para Dios."
En la era actual, con la expansión de los medios de comunicación y diversas influencias culturales—a veces destructivas—, la importancia y necesidad de enfatizar los conceptos de hiyab y castidad se vuelven más evidentes. Estos dos nobles valores, además de preservar la identidad religiosa de las mujeres, fortalecen los fundamentos éticos y culturales de la sociedad.
El hiyab, en su sentido de protección contra miradas impuras y preservación de la identidad islámica, permite a la mujer participar en la sociedad con confianza, seguridad y tranquilidad.
En este sentido, es esencial promover y fortalecer estos dos valores auténticos en la sociedad, para que las futuras generaciones comprendan su importancia y elevado estatus. Estos esfuerzos no solo preservan la identidad cultural y religiosa, sino que también sientan las bases para una sociedad comprometida, centrada en la ética y la familia; una sociedad donde los principios y valores divinos sean la base del comportamiento individual y colectivo.
Hossein Mardanpour
Secretario del Cuartel de la Castidad y el Hiyab de los Seminarios Islámicos del país
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