Según informó el corresponsal de la Agencia de Noticias Hawzah en Kashan, Hujjat al-Islam wal-Muslimin Habib Yusufi, profesor del Seminario Teológico Ayatullah Yathribi, escribió en una nota titulada Los discursos del Corán:
«¡Oh, creyentes! Si obedecéis a un grupo de los que recibieron el Libro, os harán renegar de vuestra fe y volveréis a la incredulidad. (100) ¿Cómo podéis negar la verdad cuando se os recitan las aleyas de Dios y Su Mensajero está entre vosotros? Quien se aferre a Dios será guiado al camino recto. (101)»
Significado: ¡Oh, creyentes! Si seguís a un grupo de la Gente del Libro (cuya labor es sembrar la hipocresía y avivar el fuego del odio entre vosotros), os harán renegar de vuestra fe y volveréis a la incredulidad. ¿Cómo podéis caer en la incredulidad cuando (estáis bajo la revelación divina) se os recitan las aleyas de Dios y Su Mensajero está entre vosotros? (Por tanto, aferraos a Dios), pues quien se aferre a Él será guiado al sendero recto.
Sobre el contexto de la revelación de estas aleyas, se relata que un judío, al pasar por un grupo de musulmanes, vio a miembros de las tribus de Aws y Khazraj reunidos en armonía. Temiendo que su unidad acabara con la influencia judía en Medina, ordenó a un joven que se uniera a ellos y les recordara los sangrientos conflictos de Bu'ath (lugar donde ambas tribus libraron una feroz batalla).
La conspiración surtió efecto y estuvo a punto de desencadenar otra guerra entre las tribus, hasta que el Profeta (PB) fue informado.
Inmediatamente, él y un grupo de migrantes (Muhayirun) acudieron al lugar y, con sabios consejos y palabras impactantes, los hicieron recapacitar.
Al escuchar las palabras serenas del Profeta (PB) y darse cuenta de la trama enemiga, los miembros de ambas tribus desistieron de su enfrentamiento, dejaron las armas, se abrazaron y lloraron amargamente. La paz y la reconciliación lavaron los rencores pasados, permitiéndoles vivir como hermanos y triunfar en sus batallas posteriores.
Hoy, los enemigos del Islam y los musulmanes buscan sembrar divisiones mediante diferencias sectarias, lingüísticas o incluso topónimos como el "Golfo Pérsico", para apropiarse de los recursos y beneficios de los países islámicos. El Sagrado Corán, en estas aleyas, advierte a los musulmanes y señala dos pilares para su unidad: «¿Cómo podéis negar la verdad cuando se os recitan las aleyas de Dios y Su Mensajero está entre vosotros?»
En la actualidad, aferrarse al Corán y a la tradición del Profeta (PB) sigue siendo clave para la unidad musulmana y su victoria sobre los opresores incrédulos.
Lamentablemente, algunos líderes de países islámicos, por mantener su poder, han abandonado el Corán y al Profeta (PB), sirviendo a los incrédulos.
Ojalá llegue el día en que, con la llegada del Salvador del mundo y la práctica del Corán y la tradición del Profeta y su familia (la paz sea con ellos), la Tierra se purgue de la corrupción de los incrédulos y tiranos.
11/3/1404 - Habib Yusufi
Su comentario