Según reportes, el 7 o 15 de Shawwal del tercer año de la Hégira marcó el aniversario de la batalla de Uhud.
Esta batalla, la décima (o novena, según algunas opiniones) en la que participó el Profeta (PBD), recibió su nombre por desarrollarse en las faldas del monte Uhud, una montaña rojiza ubicada al norte de Medina (a 4 km de la ciudad).
Se dice que esta montaña fue llamada Uhud (que significa "solitario") debido a su separación de las demás montañas de la región. Según narraciones, cuando Dios se manifestó en el monte Sinaí, fragmentos de este se desprendieron y se distribuyeron en diferentes lugares, siendo uno de ellos el monte Uhud en Medina.
Entre sus virtudes, se menciona que Uhud es una de las montañas del Paraíso. El Profeta (PBD) dijo:
"Uhud es una montaña que nos ama y nosotros la amamos".
Lecciones Coránicas de Uhud
El Corán dedica más de cien versículos (desde el 121 de Al-Imran) a los eventos de Uhud, lo que resalta la importancia de sus enseñanzas para la fortaleza de los musulmanes en todas las épocas.
Causas y Desarrollo de la Batalla
Tras su derrota en Badr, los Quraysh de La Meca, buscando vengar a sus caídos, se prepararon para una nueva batalla bajo el mando de Abu Sufián.
El plan inicial del Profeta (PBD) y los líderes de los Muhayirun y Ansar era defender Medina sin salir de la ciudad. Sin embargo, los jóvenes y Hamza, tío del Profeta, insistieron en enfrentar al enemigo fuera de Medina. Finalmente, el Profeta (PBD) decidió salir a combatir.
El ejército musulmán se posicionó con el monte Uhud a su espalda, y un grupo de arqueros, comandados por Abdallah ibn Yubair, fue asignado a proteger el flanco izquierdo en la colina de Aynain.
Los politeístas se organizaron con Jalid ibn Walid al mando del flanco derecho e Ikrimah, hijo de Abu Yahl, liderando el izquierdo.
Antes de la batalla, el Profeta (PBD) arengó a sus tropas y enfatizó a los arqueros que no abandonaran su posición bajo ninguna circunstancia, incluso si veían oportunidades de botín.
El Error Estratégico
Los arqueros, tentados por el botín, desobedecieron las órdenes y abandonaron su puesto. Las advertencias de Abdallah ibn Yubair no fueron escuchadas.
Jalid ibn Walid, al notar la debilidad en el flanco musulmán, atacó junto a Ikrimah por la retaguardia, causando el caos en las filas islámicas.
El Falso Rumor de la Muerte del Profeta
Abdallah ibn Qum’ah asesinó a Mus‘ab ibn ‘Umayr, quien defendía al Profeta (PBD), y creyendo haber matado al Mensajero de Dios, gritó: "¡He matado a Muhammad!". Según algunas narraciones, Iblís (Satanás) también proclamó desde Uhud: "Muhammad ha muerto".
Esta noticia desmoralizó a los musulmanes, llevando a muchos a huir. Algunos incluso consideraron abandonar el Islam y buscar protección con Abu Sufián.
Dios respondió en el Corán:
"Muhammad no es más que un Mensajero, como otros antes de él. ¿Acaso, si muriera o lo mataran, volveríais atrás?" (3:144).
La Valentía de Ali (P) y la Resistencia
Según relatos, la confusión entre los musulmanes fue tal que solo Ali ibn Abi Talib (P) permaneció junto al Profeta (PB). Poco a poco, otros como Asim ibn Thabit, Abu Duyanah y Sahl ibn Hunayf se reagruparon.
Ali (P), bajo las órdenes del Profeta (PBD), contraatacó repetidamente, eliminando a varios líderes enemigos y dispersando sus filas. Su sacrificio fue crucial para proteger al Profeta (PBD), recibiendo 70 heridas en el proceso.
Cuando su espada se rompió, el Profeta (PBD) le entregó la Dhul-Fiqar.
El Imam Sadiq (P) narró que el ángel Gabriel apareció diciendo:
"No hay espada como la Dhul-Fiqar, y no hay joven como Ali".
La Profanación de los Mártires
Las mujeres de los Quraysh, al ver el campo de batalla despejado, mutilaron los cuerpos de los mártires musulmanes en un acto de venganza. Hind, esposa de Abu Sufián, llegó a arrancar el hígado de Hamza (P) y morderlo.
El Descanso de los Mártires
Algunos mártires fueron enterrados en Uhud, otros en el cementerio de Baqi‘ en Medina, y dos en Quba. El Profeta (PBD) instó a los musulmanes a visitar a los mártires de Uhud y saludarlos.
La Dama Fátima Zahra (P) visitaba las tumbas cada pocos días, llorando y suplicando por ellos.
Fuentes:
Furugh-e Abadiyat (Ayatolá Subhani)
WikiFiqh
La Vida de los Líderes (Maestro Pishva’i)
Su comentario