La Revolución Islámica desafío las teorías sociológicas sobre las revoluciones

Hawzah/ Antes de la Revolución Islámica, muchos teóricos sociales consideraban la religión como un fenómeno en declive en el proceso de la modernidad. Según esta perspectiva, con el avance de la ciencia, la tecnología y el secularismo, la religión debía retirarse de la esfera pública y política, limitándose al ámbito privado de las personas.

Según un informe de la Agencia de Noticias Hawzah desde Juzestán, la Revolución Islámica de Irán en 1979 no solo fue una transformación política y social a nivel nacional, sino que también se convirtió en un fenómeno que captó seriamente la atención de los sociólogos a nivel mundial. A diferencia de muchas revoluciones modernas basadas en teorías marxistas, liberales o nacionalistas, la Revolución Iraní tuvo un origen religioso, con la ideología islámica desempeñando un papel central. Esta singularidad llevó a una revisión de algunos supuestos fundamentales de la sociología clásica y moderna.

Antes de la Revolución Islámica, muchos teóricos sociales veían la religión como un fenómeno en decadencia dentro de la modernidad. Según esta visión, el progreso científico, tecnológico y el secularismo deberían haber relegado la religión al ámbito privado. Sin embargo, el estallido de una revolución masiva liderada por autoridades religiosas y con la participación de masas creyentes desafíó este supuesto. Como resultado, sociólogos como Michel Foucault, Anthony Giddens y otros pensadores en el campo de la sociología de la religión comenzaron a reconsiderar sus concepciones sobre religión y política.

Michel Foucault, el filósofo francés que viajó a Irán durante la revolución, describió en sus reportes para el periódico Corriere della Sera un "clero revolucionario" y el "poder espiritual del pueblo iraní", refiriéndose a ello como una "espiritualidad política" que no podía entenderse con los marcos clásicos del análisis social. Para Foucault y otros, la Revolución Iraní fue una señal de que la religión no solo no estaba en declive, sino que podía ser una fuerza movilizadora y disruptiva en el corazón de la sociedad moderna.

Dentro del país, la Revolución Islámica también revitalizó corrientes de la sociología local. Pensadores como el Dr. Ali Shariati, aunque fallecido antes de la revolución, inspiraron a una generación de sociólogos musulmanes que buscaban desarrollar una "sociología islámica" o "ciencias sociales comprometidas". Tras la revolución, universidades y centros académicos presenciaron un crecimiento de trabajos que analizaban la sociedad, la justicia social y las relaciones de poder desde un enfoque islámico.

En resumen, la Revolución Islámica de Irán, como un evento excepcional, obligó a la sociología moderna a reconsiderar el papel de la religión, la cultura tradicional y el liderazgo carismático en los cambios sociales. Demostró que la modernidad no equivale necesariamente al secularismo y que la religión puede desempeñar un papel activo y decisivo en la configuración de las sociedades modernas.

Mahmud Savari

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