Agencia de Noticias Hawzah – Al dar la bienvenida al Papa en nombre del Consejo Supremo Islámico Chií y de la comunidad chií del Líbano, Sheij Al-Khatib declaró:
“Valoramos su visita a nuestro país herido en este momento tan sensible. Apreciamos sus posiciones humanas en apoyo al Líbano, y lo saludamos con los saludos del Islam, una fe que cree en el Profeta Jesús (La paz sea con él) como Mensajero, portador de buenas nuevas y guía”.
El Líbano: no un país en los márgenes, sino un mensaje para el mundo
Ante el Papa y un público diverso de figuras religiosas y sociales, Sheij Al-Khatib señaló que la tragedia del Líbano —provocada por los repetidos ataques “israelíes” y la parálisis política interna— no ha borrado su histórico papel espiritual.
“El Líbano, pese a sus heridas, siempre ha sido considerado por el Vaticano no como un país marginal en la historia, sino como un mensaje para el mundo. Esperamos que su visita abra puertas para restaurar nuestra unidad nacional debilitada y proteger esta patria de más agresiones y divisiones”.
Subrayó que los continuos ataques “israelíes” contra civiles y territorio libanés requieren solidaridad moral e internacional decisiva.
Principios islámicos: igualdad, dignidad y un verdadero diálogo interreligioso
En una firme reafirmación de las enseñanzas islámicas sobre la convivencia, Al-Khatib declaró:
“Nuestra cultura espiritual se basa en la hermandad humana. Derivamos esto de los principios del Islam, que no distinguen entre los seres humanos. Nuestro Profeta Muhammad (La paz sea con él) dijo: ‘No hay superioridad de un árabe sobre un no árabe, excepto mediante la piedad’”.
Añadió que el humanismo universal del Imam Ali (La paz sea con él) sigue siendo un modelo de convivencia auténtica:
“Las personas son de dos tipos: o bien son tus hermanos en la fe, o tus iguales en la creación”.
Al-Khatib insistió en que las diferencias entre los seres humanos son parte de la naturaleza humana, y que las relaciones entre religiones deben basarse en el diálogo, el reconocimiento mutuo, la cooperación en el bien y la coexistencia pacífica.
“Lo que se comete en nombre de la religión —las guerras fabricadas y la violencia sectaria— no representa la esencia de ninguna fe verdadera. La religión se funda en la sacralidad y la dignidad del ser humano”.
La resistencia: un deber impuesto, no una elección
Al abordar el estancamiento político del Líbano y sus desafíos de seguridad, Sheij Al-Khatib afirmó que la comunidad chií ha apoyado durante mucho tiempo la formación de un gobierno nacional funcional.
Pero ante su ausencia, el país se vio obligado a defenderse:
“No buscamos el conflicto, ni nos interesa portar armas o sacrificar a nuestros hijos. Pero la ocupación invadió nuestra tierra, y no tuvimos otra opción que resistir”.
Aclaró que la resistencia, en este contexto, es “una necesidad defensiva impuesta por la agresión”, no una preferencia política.
Un llamado a la responsabilidad internacional
Sheij Al-Khatib pidió al Papa que utilice la influencia global del Vaticano para ayudar al Líbano a superar sus crisis interrelacionadas, especialmente las continuas violaciones “israelíes” y su impacto devastador.
“Ponemos la causa del Líbano en sus manos, a la luz de las posibilidades internacionales de las que dispone, con la esperanza de que el mundo ayude a este país a salir de sus crisis acumuladas”.
El encuentro concluyó con expresiones de esperanza de que una mayor cooperación musulmano-cristiana —basada en la justicia, la igualdad y la humanidad compartida— pueda servir como cimiento para la recuperación y estabilidad nacional del Líbano.
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