Agencia de Noticias Hawzah – Hassan al-Abadi, respondiendo a declaraciones de ciertos movimientos políticos y sociales que abogan por el desarme de las facciones de resistencia, afirmó que plantear estos temas equivale a ignorar las amenazas reales y persistentes que enfrentan la región y sus naciones. Enfatizó que dichos llamados son fundamentalmente incompatibles con las realidades sobre el terreno y los desafíos de seguridad en curso.
Al-Abadi subrayó que la resistencia sigue considerándose uno de los pilares principales de lo que se conoce como el Eje de la Resistencia Islámica, añadiendo que nunca aceptará ningún intento –ya sea político, impulsado por los medios o externo– de debilitar su fuerza defensiva.
Al destacar el papel central de las armas en la defensa de la patria y la salvaguardia de la dignidad nacional, afirmó que ningún individuo, movimiento o institución tiene la autoridad para obligar a la resistencia a rendirse o abandonar sus armas. Según al-Abadi, las decisiones sobre el destino del equipo defensivo se toman exclusivamente dentro de los marcos internos, ideológicos y estratégicos propios de la resistencia.
El representante cultural señaló además que la postura de la resistencia sobre preservar y usar las armas es firme e inquebrantable. Cualquier intento de desarmar por la fuerza a los grupos de resistencia, advirtió, va en contra de los intereses nacionales y socava la seguridad colectiva.
Al-Abadi rechazó las representaciones de las armas de la resistencia como instrumentos de violencia, describiéndolas en cambio como una garantía para defender la nación y preservar la dignidad del pueblo. "Este tema constituye una línea roja para nosotros", declaró, añadiendo que la resistencia no cederá en su derecho a la autodefensa.
Al abordar las acusaciones relacionadas con la compra o acumulación de armas por parte de otros actores, al-Abadi explicó que tales discusiones simplemente reflejan la oposición de la resistencia a imposiciones externas y a esfuerzos por controlar o dictar sus capacidades defensivas. Subrayó que estas afirmaciones no señalan ningún cambio en la posición principista o estratégica de la resistencia.
Concluyó reiterando que la resistencia mantiene su compromiso de defender la soberanía y seguridad de Irak, y que continuará resistiendo cualquier presión destinada a debilitar su papel para hacer frente a las amenazas contra la nación y la región en general.
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