Agencia de Noticias Hawzah – La conferencia marcó el paso de quince siglos de historia islámica y se centró en el legado perdurable del Profeta de misericordia, dignidad humana, justicia y unidad, haciendo hincapié en la relevancia de sus enseñanzas para abordar los desafíos globales contemporáneos.
La humanidad y la unidad en el núcleo del Islam
Al intervenir en el evento, el Hoyyat al-islam Sayyed Aqil al-Gharwi, un destacado erudito y orador indio, subrayó la misión global y centrada en lo humano del Islam, enfatizando que la esencia de la religión es la moralidad y la humanidad.
"El fundamento del Islam es la dignidad humana y la conducta ética", dijo al-Gharwi. "El chiismo y el sunismo no son religiones separadas. Las divisiones que vemos hoy son el resultado de proyectos políticos a lo largo de la historia, no de las enseñanzas del Profeta o del Sagrado Corán".
Rechazó todas las formas de sectarismo, prejuicio y hostilidad interna, afirmando que el Islam se opone categóricamente a la fragmentación dentro de la comunidad musulmana y llama a la unidad basada en valores compartidos.
Capitalismo e injusticia global
Refiriéndose a los desafíos globales actuales, al-Gharwi advirtió que el sistema capitalista dominante representa una de las mayores amenazas para la humanidad, vinculándolo con el conflicto generalizado, la inestabilidad y la guerra.
"Muchas de las crisis regionales y globales de hoy están impulsadas por los intereses económicos y políticos del capitalismo global, particularmente dentro del eje estadounidense-israelí", dijo, añadiendo que la explotación y la desigualdad socavan la paz y la dignidad humana en todo el mundo.
Unidad a través del conocimiento, el amor y la conciencia
Al-Gharwi enfatizó que la unidad entre los musulmanes solo puede lograrse mediante la empatía, la educación religiosa adecuada y la conciencia histórica. Instó a los musulmanes a colocar al Profeta de la Misericordia en el centro de la unidad islámica.
"Mientras los musulmanes no avancen en el eje del amor, la conciencia y la comprensión racional, los enemigos continuarán explotando las divisiones", afirmó. "El Profeta de la Misericordia debe ser el punto focal de la unidad".
También pidió poner fin a las disputas y provocaciones con motivaciones políticas, instando a los musulmanes a superar las diferencias fabricadas y a trabajar colectivamente hacia una unidad más profunda y duradera.
Contrarrestando las distorsiones históricas sobre el chiismo
El erudito indio criticó enérgicamente los intentos de asociar el chiismo con un país específico, particularmente Irán, describiendo tales afirmaciones como distorsiones históricas deliberadas destinadas a avivar tensiones sectarias.
"Para incitar hostilidad, algunos afirman falsamente que el chiismo se originó en Irán", dijo al-Gharwi. "Esto es completamente contrario a los hechos históricos".
Señaló que Irán fue conquistado en el período islámico temprano y permaneció predominantemente sunita durante siglos, produciendo a muchos de los más grandes eruditos sunitas de la historia islámica.
"Ciudades como Bujará, Nishapur, Nasa y Siyistan, que alguna vez fueron parte de la esfera cultural iraní, dieron origen a figuras sunitas eminentes, incluidos el Imam Bujari y Abu Hanifa", dijo.
Los orígenes del chiismo en el Islam temprano
Al-Gharwi subrayó que el chiismo surgió durante la vida del Profeta Muhammad (la paz sea con él y su familia) y tiene sus raíces en la comunidad islámica más temprana, no en ningún contexto político o nacional posterior.
"Las primeras formaciones políticas chiitas surgieron en el mundo árabe", dijo, añadiendo que prominentes compañeros del Profeta como Salman al-Farsi, Abu Dharr al-Ghifari, Miqdad ibn Aswad y Ammar ibn Yasir se encontraban entre las figuras fundacionales del pensamiento chiita.
"El chiismo no es importado ni está confinado a una tierra específica", afirmó. "Es una parte integral de la historia y la identidad islámicas tempranas".
El chiismo más allá de la geografía y la política
Refiriéndose al Irán contemporáneo, al-Gharwi aclaró que la existencia de un gobierno chiita hoy no define los orígenes del chiismo.
"El chiismo no es el producto de un estado moderno", dijo. "Es el resultado de siglos de creencia, erudición y devoción que se originaron en el corazón de la sociedad islámica temprana. Reducir el chiismo a una nación o etnia es un proyecto político diseñado para sembrar desconfianza entre los musulmanes".
El Islam como mensaje universal de misericordia
Para concluir sus comentarios, al-Gharwi reafirmó que la humanidad se encuentra en el corazón del mensaje del Islam.
"El Sagrado Profeta no fue solo una guía para los musulmanes, sino una misericordia para toda la humanidad", dijo. "Su mensaje trascendió la raza, la geografía y la religión, ofreciendo un modelo universal para la coexistencia, la justicia y la conducta moral, un modelo que sigue siendo urgentemente necesario en el mundo dividido de hoy".
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