Agencia de Noticias Hawzah – En declaraciones que abordan la importancia del respeto filial, el clérigo iraní de alto rango prestó especial atención a las dificultades únicas que soportan las madres. Si bien reconoció el esfuerzo sostenido del padre para proporcionar vivienda, sustento y apoyo material a la familia, el ayatolá Javadi Amoli subrayó que las cargas físicas y emocionales que soportan las madres –durante el embarazo, el parto, la infancia y la lactancia– constituyen una forma de sacrificio especialmente exigente e insustituible.
"El sufrimiento asociado con el embarazo, la crianza de un bebé y la lactancia es una dificultad debilitante", señaló. "Esta realidad debe ser comprendida para que los hijos desarrollen un profundo sentido de gratitud hacia sus madres, y las hijas reconozcan el camino de resistencia y responsabilidad inherente a la maternidad".
El ayatolá Javadi Amoli hizo referencia al Sagrado Corán para respaldar sus comentarios, citando el versículo 14 de la Sura Luqman, que destaca explícitamente el sufrimiento de la madre en el contexto de honrar a los padres. El versículo establece: "Y hemos ordenado al hombre [cuidar] de sus padres. Su madre lo llevó [en el vientre], aumentando su debilidad sobre debilidad, y su destete es a los dos años. Sé agradecido conmigo y con tus padres; a Mí es el destino final".
Según el clérigo, el énfasis coránico en la dificultad de la madre tiene un claro propósito educativo y ético. "Tanto los hijos como las hijas deben aprender de esta guía divina", dijo. "A los hijos se les recuerda el valor incalculable de sus madres, y a las hijas se les enseña la virtud, la dignidad y la recompensa espiritual asociadas con la maternidad".
El ayatolá Javadi Amoli añadió que la gratitud hacia los padres no debe limitarse a las palabras, sino que debe reflejarse en la conducta, el respeto y el cuidado a lo largo de sus vidas. Describió honrar a los padres como un elemento fundamental de una sociedad saludable, señalando que los fuertes lazos familiares arraigados en la gratitud y el respeto contribuyen a la estabilidad moral y la cohesión social.
Estas declaraciones se producen en medio de discusiones religiosas y sociales más amplias en Irán que enfatizan los valores familiares, la responsabilidad intergeneracional y la adhesión a los principios éticos islámicos derivados del Corán y las enseñanzas de la Gente de la Casa (la paz sea con ellos).
El ayatolá Javadi Amoli concluyó instando a las familias a interiorizar estas enseñanzas, afirmando que reconocer los sacrificios de los padres no es meramente una tradición cultural, sino un mandato divino con consecuencias espirituales y sociales duraderas.
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