Agencia de Noticias Hawzah – Al hablar en una ceremonia que marcaba el séptimo aniversario del fallecimiento del Ayatolá Hashemi Shahroudi, celebrada el miércoles por la noche en la Hussainiyah del jurista, el Hoyyat al-islam Nazari Monfared destacó la influencia perdurable de la vida y las obras del difunto estudioso en los seminarios religiosos de Irán.
Refiriéndose a la inevitabilidad de la muerte, Nazari Monfared afirmó que el recuerdo de la mortalidad es esencial para la conciencia espiritual, señalando que el mundo es un paso y no una morada permanente.
"Muchas generaciones vivieron antes que nosotros y muchas vendrán después de nosotros", dijo. "Dios Todopoderoso no ha concedido la inmortalidad a ningún ser humano". Citó un versículo coránico que enfatiza que a ningún ser humano se le ha hecho eterno, subrayando la naturaleza transitoria de la vida terrenal.
Lecciones de las Vidas de la Gente de la Casa del Profeta (La paz sea con ellos)
Con motivo del aniversario del martirio del Imam al-Hadi (La paz sea con él), el clérigo se refirió a narraciones de la vida del Imam para ilustrar la ignorancia humana de lo oculto y las consecuencias de la arrogancia y la negligencia.
Relató un incidente reportado en fuentes históricas en el que un joven actuó irrespetuosamente hacia el Imam Hadi (La paz sea con él) y fue advertido de su muerte inminente, describiendo el episodio como un recordatorio de que el orgullo, especialmente en la juventud, a menudo ciega a los individuos ante las realidades del envejeccimiento, la rendición de cuentas y la mortalidad.
Nazari Monfared también instó a los creyentes a reflexionar sobre los versículos finales de la Sura Luqman, que enfatizan que el conocimiento del futuro, el sustento, y el momento y lugar de la muerte pertenecen únicamente a Dios. Advirtió que descuidar estas verdades en el mundo acelerado y mecanizado de hoy puede tener graves consecuencias espirituales y morales.
El Recuerdo de la Muerte como Camino de Reforma
Citando una narración del Imam Hasan al-Askari (La paz sea con él), Nazari Monfared enfatizó la importancia de recordar a Dios, recordar la muerte y recitar con frecuencia el Sagrado Corán.
Afirmó que la Gente de la Casa del Profeta (La paz sea con ellos) alentó consistentemente a los creyentes a prepararse para el Más Allá y a reconocer la naturaleza fugaz de la vida terrenal. "Recordar la muerte no conduce a la desesperación", dijo. "Más bien, fomenta la autorreforma, la corrección moral y la compensación por las deficiencias pasadas".
Profundidad Académica y Conducta Espiritual
Refiriéndose a la personalidad del Ayatolá Hashemi Shahroudi, Nazari Monfared lo describió como una figura rara que combinaba el brillo académico con una devoción ejemplar.
"Poseía un dominio excepcional en jurisprudencia y sus principios", dijo, relatando testimonios de estudiosos que asistieron a las sesiones de Istifta del difunto jurista. Según estos relatos, complejos debates jurisprudenciales que permanecían sin resolver tras largas discusiones a menudo eran aclarados por el Ayatolá Hashemi Shahroudi con unas pocas declaraciones concisas pero decisivas.
"Esto reflejaba una internalización completa de los principios jurisprudenciales y un método basado en una inferencia científica precisa más que en conjeturas", añadió.
Nazari Monfared, quien dijo haber tenido años de estrecha asociación con el difunto estudioso, recordó haber sido testigo de su constante disposición para responder incluso a preguntas menores con claridad y profundidad. Señaló que el extenso cuerpo de obras escritas del Ayatolá Hashemi Shahroudi por sí solo es evidencia suficiente de su autoridad académica y rigor intelectual.
Compromiso con la Adoración y la Disciplina Espiritual
El clérigo también destacó el aspecto devocional de la vida del Ayatolá Hashemi Shahroudi, describiendo su compromiso constante con los actos recomendados de adoración junto con los deberes religiosos obligatorios.
"Personalmente fui testigo de su observancia regular de las oraciones voluntarias diarias, las oraciones nocturnas y otros actos recomendados con una persistencia notable", afirmó Nazari Monfared.
Comparó esta conducta con el conocido Hadiz Qudsi en el que Dios dice que un siervo se acerca más a través de actos voluntarios hasta llegar a ser amado, momento en el que la guía divina impregna las acciones del siervo. "La disciplina espiritual del Ayatolá Hashemi Shahroudi fue una encarnación viva de esta narración", afirmó.
Nazari Monfared concluyó reafirmando que el Ayatolá Hashemi Shahroudi sigue siendo un ejemplo perdurable de un erudito religioso integral, cuya integración de conocimiento, ética y devoción continúa inspirando a estudiosos y estudiantes por igual.
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