Según informó la Agencia de Noticias Hawzah, durante su clase de jurisprudencia en la Gran Mezquita de Qom, con motivo de los días de Fatimiyyah, el Ayatollah Javadi Amoli describió a Dama Zahra como “una gran maestra del conocimiento divino” y “una verdad incomparable con cualquier otra mujer en la historia.”
Explicó que su rango espiritual e intelectual solo puede entenderse a la luz de las verdades coránicas y de las palabras de Ahlul Bayt.
Al referirse a una narración del primer volumen de al-Kafi, de Sheikh Kulayni, el alto clérigo destacó un sermón del Imam Ali sobre la unicidad divina, señalando que Kulayni transmitió que, si todos los seres humanos y los yinn —excepto los profetas de Dios— escucharan este sermón del Imam Ali, “sería apropiado que todos se postraran ante él”, pues el discurso, inspirado por la revelación divina, es único por su profundidad y elocuencia.
Citando el comentario de Sadr al-Muta’allihin (Mulla Sadra) sobre al-Kafi, el Ayatollah Javadi Amoli explicó que tales palabras divinas proceden de la misma fuente que la revelación, más allá de la capacidad del entendimiento humano.
Expuso además cómo el Imam Ali, en ese sermón, presentó principios filosóficos profundos, como la regla lógica de la no contradicción y el argumento de que la creación divina no proviene de ninguna sustancia preexistente, sino que es un acto completamente original de la voluntad de Dios.
El Ayatollah señaló que Dama Zahra había expresado esa misma verdad en su famoso sermón de Fadakiyah, casi veinticinco años antes, al afirmar que “las cosas fueron creadas de la nada.”
“El propio Santo Profeta se ponía de pie en señal de respeto y humildad ante la Señora Fatima y se adelantaba para saludarla”, añadió.
El Ayatollah Javadi Amoli también abordó una antigua duda filosófica sobre la creación a partir de la nada, diciendo: “La idea de que la creación no puede surgir de la nada es errónea. La contradicción no se da entre ‘ser’ y ‘nada’ como dos existencias, sino entre ‘ser’ y ‘no ser’. Por tanto, cuando Dama Zahra dijo que ‘las cosas fueron creadas de la nada’, estaba expresando la verdad más profunda de la creación divina: que Dios crea sin depender de ninguna materia previa.”
Concluyó afirmando que el sermón de Dama Zahra revela la profundidad de su conocimiento divino y su autoridad intelectual, demostrando que sus palabras anticiparon e iluminaron los mismos principios filosóficos que más tarde desarrolló el Imam Ali.
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