Agencia de Noticias Hawzah – En el torbellino de noticias y rápidos acontecimientos globales, a veces el clamor de los oprimidos se pierde entre el ruido mediático. A veces nuestros corazones se enredan tanto en los problemas cotidianos y crisis cercanas que olvidamos que, en algún rincón de este planeta, hay personas que respiran bajo el peso de la opresión y luchan cada día contra la muerte. Hoy estamos al borde del olvido: el olvido del dolor del pueblo de Gaza, el olvido de los niños indefensos que, bajo los implacables bombardeos del régimen sionista, han perdido no solo sus hogares y familias, sino también el derecho a vivir.
Nos hemos visto inmersos en las noticias del brutal ataque del régimen sionista a Irán, en análisis y reacciones ante esta agresión inhumana y el vergonzoso apoyo de Occidente a estos crímenes. Pero en medio de este caos, no debemos permitir que el grito de Gaza se ahogue. No podemos dejar que los niños inocentes de esta tierra resistente se desvanezcan de nuestra memoria bajo la sombra de otras noticias.
Gaza, este pequeño pero inquebrantable territorio, lleva años convertido en símbolo de resistencia bajo el yugo de la ocupación sionista. Su gente, con las manos vacías pero los corazones llenos de fe, se enfrenta a uno de los ejércitos más despiadados del mundo. Niños que crecen entre escombros en lugar de parques, que conocen el sonido de las explosiones en vez del de los libros. Estos niños son el futuro de Gaza, pero ¿les queda futuro? Cada día trae noticias más horrorosas: bombardeos sin fin, un bloqueo que impide hasta la entrada de medicinas y comida, crímenes que destrozan el corazón de cualquier ser humano con conciencia.
¿Cómo podemos, como personas que laten por la justicia, ignorar esta catástrofe? ¿Cómo permitir que el sufrimiento de Gaza se olvide entre noticias de agresiones sionistas y el bochornoso silencio de Europa? Gaza ha resistido durante años con el apoyo moral y material de Irán, alimentando la esperanza de que esta opresión termine. Cada grito de resistencia en Gaza está ligado al nombre de Irán. Entonces, ¿cómo olvidarlos ahora, incluso mientras enfrentamos nuestra propia crisis?
La situación en Gaza no es solo la de un pueblo, sino la de la conciencia humana. Cada niño que muere bajo los escombros, cada madre que grita con su hijo en brazos, cada padre que pierde su hogar, entierra una parte de nuestra humanidad. No podemos permitir que esta tragedia caiga en el olvido. El mundo, especialmente los países islámicos, ha guardado silencio ante esta injusticia. No solo no actúan, sino que algunos incluso normalizan relaciones con el régimen sionista. Esta normalización no es solo una traición a Gaza, sino a todos los valores humanos e islámicos. ¿Cómo estrechar la mano de un régimen manchado con la sangre de niños? ¿Cómo callar ante tal barbarie?
Pero, ¿cuál es nuestra responsabilidad? ¿Cómo podemos ser la voz de Gaza mientras enfrentamos nuestras propias amenazas? Quizá digan que tenemos nuestros propios problemas, que también sufrimos bajo sanciones y presiones. Pero el dolor de Gaza es nuestro dolor. Su resistencia es parte de la nuestra. No podemos permitir que su sufrimiento se borre de nuestras mentes y corazones. Debemos ser la voz de Gaza, llevar su clamor al mundo. Cada uno, según sus capacidades, puede dar un paso: desde publicar en redes sociales hasta hablar con familiares, desde crear conciencia hasta rezar por su pueblo. Cada acción, por pequeña, alivia parte de esta carga.
Los niños de Gaza, estos pequeños ángeles, necesitan desesperadamente que los recordemos. Necesitan saber que aún hay ojos que los ven, corazones que laten por ellos, lágrimas y plegarias en su nombre. Imaginen a un niño buscando a su madre entre los escombros, aterrado por el sonido de las bombas, con lágrimas en lugar de sonrisas. ¿Podemos borrar esta imagen de nuestras mentes? ¿Dejaremos que estos niños desaparezcan tras otras noticias?
Las últimas noticias desde Gaza destrozan el alma: bombardeos incesantes, un bloqueo que ni siquiera permite ayuda humanitaria, crímenes que escalan cada día. Y ahora, el horror de que pilotos sionistas arrojen bombas sobrantes sobre Gaza tras atacar a Irán, demostrando que este régimen no conoce límites en su crueldad. Esto no es solo un crimen de guerra, sino una burla a la humanidad. ¿Cómo justificar tal maldad? ¿Cómo permanecer en silencio?
Estamos al borde del olvido, pero no debemos caer en el abismo de la indiferencia. No dejemos que Gaza se pierda en el ruido de otras noticias. Recordemos que cada grito de resistencia en Gaza, cada gota de sangre derramada, es parte de la lucha por la justicia. Estos niños no son solo el futuro de Gaza, sino el de la humanidad. Si hoy callamos, si olvidamos, ¿qué le diremos mañana a nuestra conciencia?
Al finalizar, pido a quienes lean esta nota que reflexionen un momento. Piensen en los niños de Gaza, en las madres que perdieron a sus hijos, en los padres que lo perdieron todo en un instante. Piensen: si nosotros callamos, si olvidamos, ¿quién será su voz? Hagamos el juramento de no olvidar Gaza, de llevar su clamor al mundo, de mantenerla viva en nuestros corazones incluso en los peores momentos. No dejemos que Gaza caiga en el abismo de nuestra indiferencia. Gaza nos espera: espera nuestra voz, nuestro apoyo, nuestro recuerdo. Demostremos que la humanidad aún vive, que aún hay corazones que laten por los oprimidos.
No olvidemos Gaza. No borremos a sus niños de nuestra memoria.
Ali Reza Maktabdar – Editor en jefe del semanario árabe "Al-Afaaq"
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