¿Por qué no debemos buscar curación en el pecado?

Hawzah/Numerosos hadices del Profeta Muhammad (P) y del Imam Sadiq (P) enfatizan que en los actos prohibidos no hay curación alguna. Incluso si parece que beber alcohol o cometer un pecado alivia el dolor, esto no es más que un engaño de Satanás. El camino correcto es abstenerse del pecado y recurrir a Dios para la curación de las enfermedades.

Reporte de la Agencia de Noticias Hawzah:

¿Acaso puede encontrarse la curación del cuerpo en el pecado? Narraciones impactantes de los Imames Infalibles (P) desvelan esta creencia errónea y demuestran que la verdadera salud solo se alcanza evitando lo prohibido y refugiándose en Dios.

Pregunta:

¿Existe algún hadiz que afirme que no hay curación en lo que Dios ha prohibido?

Respuesta:

Para responder, se citan algunos hadices al respecto:

El noble Profeta del Islam (P) dijo: «No hay curación en lo prohibido. Vuestra curación no está en aquello que os ha sido vedado».[1]

Preguntaron al Imam Sadiq (P) sobre el efecto medicinal del vino, y respondió: «Ciertamente, Dios Todopoderoso no ha puesto remedio ni curación en lo que ha prohibido».[2]

Ibn Abi Ya’fur le dijo al Imam Sadiq (P): «Padezco una enfermedad que, cuando se agrava, bebo un poco de vino de uva (nabidh) y el dolor se calma».

El Imam (P) respondió: «No lo bebas, pues es prohibido. Esto no es más que obra de Satanás, que quiere arrastrarte hacia lo ilícito. Si renuncias al vino, el dolor desaparecerá».

Ibn Abi Ya’fur partió de Medina hacia Kufa, y su dolor se intensificó. Sus familiares le llevaron nabidh y le insistieron para que lo bebiera, pero él juró: «¡Por Dios, no probaré ni una gota!». Sufrió algunos días hasta que el dolor cesó, y nunca más volvió a padecer esa enfermedad.[3]

Conclusión:

Por lo tanto, no hay curación en lo prohibido, y no debemos dejarnos engañar por el alma incitante al mal ni por Satanás. Tampoco debemos, bajo excusas vanas, acudir a bebidas prohibidas como el vino u otras.

Ante cualquier enfermedad, debemos buscar tratamiento por medios lícitos y razonables, implorando a Dios la curación.

Fuentes para mayor estudio:

Los pecados capitales, Ayatolá Shahid Dastghayb, vol. 1.

Análisis de los pecados capitales, Ali Muhammad Haydari Naraqi.

Notas:

[1] Muhammad Baqir al-Majlisi, Bihar al-Anwar, vol. 57, p. 162.

[2] Ídem, vol. 59, p. 86, citando Tibb al-A’imma, p. 32.

[3] Muhammad al-Hurr al-Amili, Wasail al-Shia, vol. 17, p. 277.

Fuente: Centro de Estudios y Respuestas a Dudas del Seminario de Qom.

Etiquetas

Su comentario

Usted está respondiendo
captcha