Según informa la Agencia de Noticias Hawzah, dentro de cien años, cuando las generaciones futuras hojeen la historia de los acontecimientos en el lugar más conflictivo del planeta, se encontrarán con un fenómeno asombroso —algo que muchos les costará creer: ¡el “Tufán al-Aqsa”!
Ellos conocerán relatos que hoy nos parecen ya legendarios; fábulas que, sin embargo, se repiten hoy ante nuestros ojos. ¿Cómo entender, por ejemplo, que Rania abrace en silencio y con dolor el cuerpo inerte de sus dos hijos —regalos de Dios tras once años—, los entierre junto a su padre y, aun así, no retroceda ni un ápice en su resistencia y su compromiso por la lucha?
¿Puede un hombre perderlo todo en apenas minutos? Muhammad Abulqomsan es ese padre que, al salir a tramitar el certificado de nacimiento de sus hijos gemelos, jamás imaginó que al volver encontraría los cuerpos sin vida de sus pequeños junto a la madre mártir.
Alaa, la dulce niña de Gaza que murió de hambre, tenía apenas cinco años; junto a ella, otros 150 niños inocentes perecieron por la misma causa. ¿Por qué nadie alzó una mano suplicante ante las figuras más crueles de la humanidad para evitar tal humillación?
¿Cómo es posible que los restos de una familia —tras años de sufrimiento y esfuerzo por tener un hogar— se pongan en pie sobre las ruinas para realizar la oración de la exhortación y, acto seguido, vuelvan a lanzarse al combate contra un mundo entero?
¿Cómo una nación puede perder, en silencio y en la era de las comunicaciones, a decenas de miles de sus hijos y, frente al silencio cómplice de correligionarios y semejantes, mantener incólume su dignidad y su determinación?
¿Por qué, ante estos pesos insoportables de dolor y pérdida, la gente no reclamó ni una vez contra los combatientes y milicianos de Hamás, sino que respondió con aceptación, homenaje y una llamada a levantarse y resistir?
Los lectores de dentro de cien años verán, sin duda, cómo esa fe profunda y esa resistencia ejemplar fueron, acaso sin saberlo, la mayor preparación para la aparición del Salvador prometido: el despertar mundial contra la opresión y en defensa de los oprimidos.
En aquel tiempo entenderán, con toda claridad, las palabras ponderadas del Imam Jamenei: “El asunto de Palestina es la clave enigmática para abrir las puertas de la liberación de la Umma islámica”.
نَصْرٌ مِنَ اللَّهِ وَ فَتْحٌ قَرِيبٌ وَ بَشِّرِ الْمُؤْمِنِينَ
(“Ayuda de Dios y una victoria cercana; ¡da buenas noticias a los creyentes!”)
Hojjatoleslam Abbas Babaei
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