Según informó la Agencia de Noticias Hawzah, el Hojatoleslam Rasoul Ebrahiman, viceministro de los seminarios femeninos, en un escrito en ocasión de la Semana de la Defensa Sagrada y refiriéndose al papel de las mujeres que en aquella época sacrificaron sus vidas por la patria, escribió:
En los días difíciles y turbulentos de los ocho años de la Defensa Sagrada, las mujeres iraníes se mantuvieron firmes como montañas. Fueron madres que enviaron con sus propias manos a sus hijos al frente, esposas que infundieron el anhelo del martirio en las palabras y miradas a sus maridos, e hijas que, en la figura de socorristas, enfermeras, maestras y basiyíes, ofrecieron toda su capacidad para salvaguardar la nación.
La presencia de las mujeres en las líneas de asistencia de primera fila, en hospitales de campaña y en el apoyo a las fuerzas, desempeñó un papel determinante en la continuidad de la resistencia.
Los talleres caseros dirigidos por mujeres se transformaron en trincheras de producción de ropa, mantas, alimentos y suministros necesarios para los combatientes; y las mujeres de pueblos y ciudades, hombro a hombro con los hombres, organizaron una amplia red de apoyo popular.
Las escritoras y artistas también llevaron su pluma y su arte al frente, creando memorias y obras perdurables que hoy constituyen el patrimonio espiritual de la Defensa Sagrada. Entre ellas hubo mujeres que alcanzaron el martirio o quedaron heridas de guerra, y cuyos nombres quedaron inscritos junto a los grandes hombres de la historia de esta tierra.
La Defensa Sagrada, para las mujeres, presentó al mundo un profundo significado de “maternidad”, “sacrificio” y “perseverancia”.
Hoy, el recuerdo y el camino de aquellas mujeres heroínas son una luz que ilumina el futuro para las generaciones presentes y venideras; una luz que recuerda que la seguridad y la independencia son fruto de la firmeza de todas las mujeres y hombres de esta nación.
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