Según un informe de la Agencia de Noticias Hawzah desde Isfahán, Hujjat al-Islam wal-Muslimeen Mostafa Hasannati, imam de la mezquita congregacional de Najafabad, habló esta mañana en una ceremonia en honor al estatus científico del difunto Ayatolá Sheikh Abdoljavad Jebal Ameli. Destacó: "En el Islam, el primer lugar se le concede al conocimiento y la sabiduría. En el Día de la Resurrección, Dios solo aceptará dos cosas: el conocimiento y las buenas acciones."
Subrayó: "Si estos dos principios están presentes, todo lo demás estará completo. En este mundo, moldeamos nuestra propia resurrección (ma’ad), así como Dios nos dio forma en el vientre materno. El rostro de cada persona es obra de Dios, y nadie debe ser menospreciado o ridiculizado por su apariencia."
El miembro de la Asamblea de Expertos aclaró: "Los distintos rostros de los seres humanos son todos un regalo divino, que debemos utilizar para vivir una vida correcta y espiritual en este mundo."
Señaló: "Algunas personas nacen con discapacidades, pero no debemos menospreciarlas. Al contrario, debemos agradecer a Dios por las bendiciones que tenemos, pues solo al perderlas comprendemos su valor."
El imam de Najafabad continuó: "Todos nuestros actos —sentarnos, levantarnos, caminar e incluso parpadear— están bajo la voluntad divina. Muchos carecen incluso de la capacidad de sentarse, pero nosotros pasamos por alto estas bendiciones."
Hujjat al-Islam Hasannati enfatizó: "Dios ha creado al ser humano dos veces: una en este mundo y otra en la Resurrección. En este mundo, Él moldea nuestro rostro, pero en el Más Allá, cada uno debe construirse a sí mismo. Allí necesitaremos pies, manos, oídos y otros miembros para responder por nuestros actos, pero Dios no nos los dará; tendremos que adquirirlos nosotros mismos."
Explicó: "Si alguien fue ciego en este mundo y careció de perspicacia, también lo será en la Resurrección. Si usamos correctamente nuestras capacidades en esta vida, podremos emplearlas en el Más Allá. Si nos acostumbramos a postrarnos aquí, podremos hacerlo allí."
El miembro de la Asamblea de Expertos añadió: "El conocimiento y la sabiduría, junto con las buenas acciones, son los dos pilares fundamentales para ingresar a la Resurrección. Estos elementos forjan al ser humano y determinan su destino. Ese día, las personas serán agrupadas según sus intenciones y obras."
Destacó: "En la Resurrección, se nos preguntará: ¿Cómo fue tu conocimiento? ¿Cuál fue tu intención al casarte o al realizar tus actos? ¿Para quién trabajaste? Algunos no tienen una apariencia destacable en este mundo, pero en el Más Allá brillarán con luz propia. Surahs como Al-Hadid, Al-Hashr, At-Taghabun, Al-Jumu’ah y Al-A’la enfatizan el conocimiento y la unicidad de Dios, abriendo los ojos del corazón y otorgando clarividencia."
El imam de Najafabad señaló: "En la Surah Al-Hadid se menciona que la luz de los creyentes iluminará desde todas las direcciones, y la gente, sumida en el terror de la oscuridad, les pedirá que les brinden guía."
Afirmó: "Los sabios son faros para la sociedad. A la cabeza de ellos están el Profeta Muhammad (P), su Familia (P) y los Imames (P). Benditos sean los padres que crían a un sabio, pues ellos son la luz que guía a la gente."
Hujjat al-Islam Hasannati concluyó: "Los sabios no deben confrontar a la sociedad, sino erradicar la ignorancia e iluminarla. El valor del conocimiento es tan alto que un sabio supera a 70 mil devotos. La diferencia es que el devoto solo se eleva a sí mismo, mientras el sabio guía a la sociedad y rescata a otros de las tinieblas."
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