Agencia de Noticias Hawzah – A diferencia de la retórica tradicional de dominio por parte de Washington, los analistas señalan que este documento muestra a un país que lucha por mantener su supremacía económica y militar en un mundo que se transforma rápidamente.
El documento reconoce realidades que Washington negó durante años
El periodista de asuntos internacionales Masoud Barati afirma que el lenguaje de la NSS deja claro que los responsables políticos estadounidenses han sobreestimado la capacidad real del país durante décadas.
“Reconocen que administraciones anteriores intentaron sostener un gigantesco aparato asistencial–administrativo junto a enormes estructuras militares, diplomáticas e informativas, muy por encima de las capacidades reales de Estados Unidos”, señala Barati.
La estrategia incluso critica el modelo de libre comercio estadounidense, al que responsabiliza por la erosión de la clase media y por la pérdida de competitividad económica y militar. Para los analistas, este reconocimiento equivale a admitir implícitamente que Estados Unidos ya no ocupa la cúspide del sistema internacional ni en lo económico ni en lo militar.
Barati sostiene que los mismos pilares que definieron el orden estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial —y en especial la hegemonía de Washington tras la caída de la Unión Soviética— ahora son considerados insostenibles.
El documento también muestra que Washington está girando hacia dentro y abandonando ambiciones globales que antes perseguía con fuerza. Incluso respecto a Asia Occidental, expresa abiertamente su alivio porque la región “ya no domina” la política exterior estadounidense, presentando el fin de las guerras de “construcción nacional” dirigidas por Washington como un avance positivo.
Washington ya no es capaz de moldear por sí solo el equilibrio de poder
Otro cambio destacado en la NSS es el enfoque hacia los nuevos actores globales. Barati explica que, en lugar de contener a sus rivales —la estrategia tradicional de Washington—, el documento insiste en mantener un equilibrio de poder con la ayuda de los aliados.
“Esto es una admisión de que Estados Unidos no puede impedir el ascenso de otras potencias”, afirma Barati. “Acepta el nuevo orden global y reconoce que ahora solo puede intentar evitar que otros se vuelvan dominantes, no detener su ascenso”.
Según expertos, esta postura refleja a una superpotencia debilitada que intenta adaptarse a un mundo multipolar.
Expertos: el declive estadounidense es prolongado e irreversible
El Dr. Fuad Izadi, profesor de política internacional, sostiene que el declive estadounidense no es reciente ni sutil. Señala que grandes conferencias internacionales, como la Conferencia de Seguridad de Múnich, han documentado repetidamente el papel decreciente de Washington en el escenario mundial.
Izadi cita también las declaraciones del Líder de la Revolución Islámica, quien durante años ha descrito el declive de Estados Unidos como un proceso histórico arraigado en sus políticas de hegemonía.
“El problema no es Estados Unidos como país”, afirma Izadi. “Es la arrogancia y el comportamiento coercitivo que ha caracterizado su política durante décadas. Ese enfoque ha llevado ahora a EE. UU. a un punto de decadencia irreversible”.
Analistas advierten síntomas internos de colapso
El investigador político Dr. Mohammad Sadeq Khorsand señala que Estados Unidos no solo está en declive, sino que muestra síntomas claros de colapso.
Citando estudios de centros de pensamiento estadounidenses, entre ellos el Atlantic Council, Khorsand subraya que el país atraviesa los niveles más bajos de cohesión social en décadas.
“Estados Unidos sufre una polarización política severa, fragmentación cultural y desigualdad económica extrema”, explica. “No son problemas menores. Son indicadores de un sistema en crisis”.
Khorsand añade que el sistema internacional ya no es unipolar y que civilizaciones poderosas a lo largo de la historia han seguido trayectorias similares: ascenso, estancamiento y declive.
Profundas divisiones sociales anuncian un futuro turbulento para Washington
Los analistas alertan que las fracturas internas se están convirtiendo en el rasgo definitorio de la sociedad estadounidense contemporánea. El reciente informe del Atlantic Council, titulado “Failed Government”, afirma que la gobernanza, la confianza pública y la estabilidad social de EE. UU. están en sus niveles más bajos en la historia moderna.
“Las divisiones políticas, sociales y culturales se intensificarán”, advierte Khorsand. “Estados Unidos ya no es el hegemón unificado que alguna vez pretendió ser”.
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