Según informó la Agencia de Noticias Hawzah, las declaraciones tuvieron lugar durante un encuentro con misioneros en el Campamento Cultural y Educativo Abu Dhar, en la provincia de Hamadan. El Ayatolá Marvi destacó la importancia permanente de la propagación religiosa, afirmando: “El Islam es una religión eterna que comenzó con la propaganda, continuó con ella y se universalizó gracias a ella.”
Expresó su gratitud por encontrarse entre los portadores del mensaje de la escuela de Ahl al-Bayt (Dama) y de la Revolución Islámica, señalando: “Quienes transmiten el mensaje de la verdad a los corazones de las personas mediante sus palabras y sus actos, realizan una tarea sagrada.”
El clérigo subrayó que la estabilidad y el crecimiento del Islam a lo largo de la historia se han basado en un esfuerzo constante de divulgación. Recordando la influencia de los grandes sabios chiitas, explicó: “La escuela chiita logró expandirse por el mundo gracias a la dedicación en la propagación, y hoy somos testigos de la presencia de los seguidores de Ahl al-Bayt en todos los continentes.”
Refiriéndose al creciente interés global por la escuela de Ahl al-Bayt (Dama), instó a los misioneros a no desanimarse ante la propaganda negativa y agregó: “El discurso de la búsqueda de justicia, la defensa de los derechos y la adhesión a los ideales de la Revolución Islámica tiene eco en todo el mundo.”
También aludió a la reciente guerra impuesta de doce días, destacando su papel en el fortalecimiento de la ola mundial de interés hacia el chiismo.
Destacando la importancia de la preparación y el conocimiento, el Ayatolá Marvi dijo a los misioneros: “El estudio y la preparación científica son condiciones esenciales para el éxito en la propaganda. Un misionero debe estar intelectualmente equipado para comunicarse eficazmente con la gente.”
Describió el Nahj al-Balagha y la Sahifa al-Sayyadiyya como “dos elixires de la escuela chiita”, señalando que, después del Sagrado Corán, estas obras son herramientas fundamentales para conquistar los corazones en todo el mundo.
Al concluir su discurso, el Ayatolá Marvi enfatizó que la propagación efectiva requiere compromiso personal: “La propaganda es la más grande de las responsabilidades religiosas. Para que tus palabras sean eficaces, debes reflejarlas en tus actos. Los sabios religiosos influyeron por medio de sus obras, y nosotros debemos seguir su ejemplo.”
 
             
                
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