Según informa la Agencia de Noticias Hawzah, el ayatolá Sayed Yasin Musavi, imam de la mezquita de Bagdad y destacado profesor del seminario de Nayaf, durante el sermón de esta semana, criticó abiertamente la situación interna y las políticas internacionales, enfatizando que Irak nunca alcanzará una estabilidad real sin erradicar la corrupción financiera y administrativa, y sin establecer un gobierno nacional e independiente.
Advirtió que depender de potencias extranjeras solo debilita la soberanía y destruye la independencia, y que las negociaciones con fuerzas externas deben llevarse a cabo desde una posición de fuerza y dignidad nacional, no desde la rendición.
En la parte política de su sermón, el ayatolá Musavi se refirió al asesinato de dos empleados de la embajada del régimen sionista en Washington, calificándolo como un ejemplo de los "dobles estándares de Occidente". Criticó la selectiva reacción de los países occidentales, afirmando: "Hacen un escándalo por dos muertos, pero guardan un silencio mortal ante el asesinato diario de cientos de civiles en Gaza. Ellos consideran a Israel un Estado legítimo, pero nosotros lo vemos como un régimen usurpador, y esta convicción no cambiará".
Además, cuestionó el enfoque del gobierno estadounidense, especialmente durante la presidencia de Donald Trump, diciendo: "¿Cómo se puede hablar de paz cuando la política de EE.UU. se basa en amenazas y destrucción? Yemen y Gaza son pruebas claras del fracaso de las promesas estadounidenses sobre la paz, especialmente cuando, tras la liberación de un prisionero estadounidense-israelí, EE.UU. prometió detener la guerra en Gaza, retirar las fuerzas israelíes y enviar ayuda humanitaria, pero nada de eso se cumplió".
El ayatolá Musavi instó a los líderes políticos de Irak y la región a desconfiar de las promesas de EE.UU., subrayando: "Las negociaciones no deben basarse en debilidad y sumisión, sino en la legitimidad y la soberanía nacional. El error de Saddam Hussein al confiar en EE.UU. no debe repetirse; un destino cuyo ejemplo aún perdura en la memoria".
También mencionó las negociaciones nucleares entre Irán y EE.UU., señalando: "El Líder Supremo, el ayatolá Jamenei, ha dejado claro que no se puede confiar en EE.UU. y que el equipo negociador debe actuar con máxima prudencia".
El imam de Bagdad también abordó problemas internos de Irak, denunciando la corrupción en instituciones militares y refiriéndose a la muerte de dos cadetes durante ejercicios de entrenamiento. Advirtió sobre sospechas de sobornos para ingresar a academias militares, lo que ha llevado a la expulsión de candidatos calificados, y exigió investigaciones en todos los niveles de los ministerios de Defensa e Interior.
Además, criticó a las autoridades de Basora por demoler viviendas de familias pobres bajo el pretexto de construcciones ilegales, afirmando: "Es una grave injusticia tratar igual a quienes usurpan tierras y a quienes solo buscan un techo de bloques de cemento para sus familias". También señaló la corrupción en contratos sospechosos con empresas extranjeras para acaparar tierras en la provincia.
El ayatolá Musavi declaró: "La corrupción ya no se limita a individuos o cargos específicos, sino que se ha convertido en una red entrelazada de políticos sin escrúpulos. En este contexto, las primeras víctimas son los ciudadanos comunes, los pobres y los oprimidos".
Finalmente, el imam de Bagdad lanzó una crítica directa a los funcionarios: "Parece que el presidente y el primer ministro no tienen la capacidad de cambiar esta situación mientras la estructura esté impregnada de corrupción. El pueblo busca una verdadera salvación, y esto solo será posible erradicando la corrupción y estableciendo un gobierno justo, independiente y nacional en Irak".
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