Agencia de Noticias Hawzah- En un mensaje de condolencias emitido tras el fallecimiento del prominente erudito muyahid y líder espiritual, el Ayatolá Arafi expresó profundo dolor por la pérdida, describiendo al Ayatolá Shahcheraghi como un clérigo culto, popular y devoto cuya vida estuvo marcada por el servicio continuo al islam y a la Revolución Islámica.
"De Dios venimos y a Él regresamos", decía el mensaje, señalando que la partida del Ayatolá Shahcheraghi ha causado un profundo dolor entre los eruditos religiosos, los círculos revolucionarios y la gente que se benefició de su guía.
El Ayatolá Arafi enfatizó que el difunto clérigo poseía virtudes morales, sociales y académicas excepcionales, añadiendo que combinó con éxito la conciencia política con la conducta ética, todo dentro de un marco de lucha y sacrificio. "Su política era inseparable de la decencia y la moralidad, y ambas estaban impregnadas del espíritu de resistencia y abnegación", dijo.
El director de los seminarios destacó el compromiso de toda la vida del Ayatolá Shahcheraghi con la promoción del pensamiento islámico y revolucionario, señalando que permaneció activo tanto en el campo científico como en el práctico a lo largo de su vida. "Nunca cesó en sus esfuerzos, ya fuera en las labores académicas o en la lucha práctica, particularmente durante el período de resistencia contra el régimen tiránico", declaró el Ayatolá Arafi.
Señaló además las importantes responsabilidades del difunto clérigo, incluyendo su papel como representante del Líder de la Revolución Islámica en la provincia de Semnan y como líder de las oraciones del viernes, describiendo estos cargos como plataformas a través de las cuales el Ayatolá Shahcheraghi defendió consistentemente los valores islámicos y los principios revolucionarios.
Al rendir homenaje a sus años de servicio sincero y de impacto, el Ayatolá Arafi extendió sus condolencias a la respetable familia del difunto clérigo, particularmente a sus hijos, incluyendo al comandante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, Sayyed Mohammad Taqi Shahcheraghi, así como a Sayyed Jafar y Sayyed Ruhollah Shahcheraghi. También transmitió sus condolencias a los estudiantes, colaboradores y seguidores del Ayatolá Shahcheraghi, especialmente al pueblo religioso, cultural y revolucionario de Semnan.
El Ayatolá Arafi concluyó rogando por la misericordia divina y elevados rangos para el erudito fallecido, pidiendo a Dios Todopoderoso que lo coloque entre los profetas y los santos, y que conceda paciencia, tranquilidad y recompensa duradera a su familia en duelo.
El fallecimiento del Ayatolá Shahcheraghi marca la pérdida de una prominente figura religiosa y revolucionaria cuyo legado, según sus partidarios, continuará inspirando a las futuras generaciones de eruditos y activistas.
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