Según la agencia de noticias Hawzah, en declaraciones al diario La Repubblica, Giacomo Cardinali, subdirector de la Biblioteca Vaticana, explicó que la iniciativa surgió como respuesta a las solicitudes de investigadores musulmanes visitantes. La administración de la biblioteca acogió favorablemente la propuesta y acondicionó una sala específica equipada con una alfombra de oración.
Fundada en el siglo XV, la Biblioteca Vaticana es una de las instituciones de investigación más antiguas y prestigiosas del mundo. Conserva cerca de 80 mil manuscritos, 50 mil documentos de archivo, unos dos millones de volúmenes impresos y cientos de miles de monedas, medallas y grabados.
El padre Cardinali destacó que la vasta colección de la biblioteca incluye antiguos manuscritos del Sagrado Corán, así como textos hebreos, abisinios, árabes y chinos, lo que refleja su carácter universal. Describió a la institución como una “biblioteca para toda la humanidad”, abierta a investigadores de todas las nacionalidades y credos.
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