Según informa la Agencia de Noticias Hawzah, Hujjat al-Islam wal-Muslimin Naser Rafieí, en su discurso del día 23 del sagrado mes de Ramadán en el santuario de la noble Dama (Qom), refiriéndose a los versículos 36-37 de la sura (9) At-Tawba, declaró: "El año lunar comienza con Muharram y termina con Dhul-Hiyya. Los eventos importantes de la historia islámica se organizan según los meses lunares. Entre estos, cuatro meses fueron declarados sagrados, incluso antes del islam y el islam los confirmó: Rajab, Dhul-Qa'da, Dhul-Hiyya y Muharram. La sabiduría de estos meses, era establecer treguas temporales en las guerras".
El orador explicó: "El versículo 36 de At-Tawba aclara esto: 'El número de meses ante Dios es de doce, establecido desde la creación. De ellos, cuatro son sagrados. Esto es una ley inquebrantable. No se opriman durante estos meses, pero si los idólatras los atacan, combátanlos'".
Hujjat al-Islam Rafieí destacó: "Los idólatras a veces alteraban los meses sagrados por conveniencia, cambiándolos para favorecer sus campañas militares. El versículo 37 condena esta práctica".
Advertencia para justificar el pecado
El clérigo enfatizó: "Esta aleya prohíbe manipular las leyes divinas, pues quienes lo hacen introducen innovaciones y menosprecian lo que Dios ha prohibido. Aquí vemos el peligro de justificar el pecado: numerosos individuos cometen actos reprobables creyendo hacer lo correcto".
"Uno de los mayores problemas actuales -continuó- es la tendencia a disfrazar los pecados con excusas, pensando que, de esta manera, seguirán el camino recto".
Tipos de justificaciones pecaminosas:
- Ideológicas: Atribuir a Dios la propia incredulidad o injusticia.
- Económicas: Justificar sobornos o usura con eufemismos.
- Sociales: Seguir conductas pecaminosas "por adaptarse" (ej. abandonar el hiyab o cometer fraudes, porque otros lo hacen).
- Psicológicas: Eludir responsabilidades como el yihad con excusas inadmisibles.
- Morales: Llamar "denuncia" a la difamación o calumnia.
- Políticas: Cometer crímenes bajo pretextos políticos.
Conclusión: "El pecado es grave, pero justificarlo es peor. Lamentablemente, numerosos individuos disfrazan sus errores con diversos pretextos", sentenció.
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